Reseña del libro "El Goce Supremo"
«He telefoneado a mi amiga Charlotte para anunciarle la noticia. Ha gritado de alegría. Sé que muy pronto toda la ciudad sabrá que me he corrido. Tengo veinte añosy me da la impresión de tener cien, mil. No sé. Me he corrido, vivo en otro mundo. ¿Es eso la felicidad?».Radiante, voluptuoso, fulgurante, embriagador, maravilloso... El goce está ahí, anida en el cuerpo. Regalo de la naturaleza, permite una comunión entre los seresintensa y sin igual. La sociedad, con su moral, sus religiones que prohiben, su miedo a asumir aquello que no puede gobernar, a menudo ha hecho del placer y delsexo un ámbito prohibido.Sarah quiere gozar. Y esa búsqueda la lleva a aventuras que la vuelven cada vez más hermosa, más indecente. Pero sólo en el hombre que llegará a ser su «viejoamante» encontrará la comprensión, intelectual y amorosa al mismo tiempo, que necesita para poder entregarse y alcanzar el éxtasis. Más allá del vértigo queproducen sus revelaciones, Sarah nos entrega una lectura –y una experiencia de vida– preciosa como un tesoro.«Muy pocas veces se ha tratado con tanta naturalidad la búsqueda del placer que es ante todo una conquista de la feminidad... La escritura es vivaz, burbujeante,con escenas subidas de tono. Pero la originalidad del libro reside en el brío y el entusiasmo con los que Sarah quiere descubrir su sexualidad. Podemos apostar quemuchas jovencitas se reconocerán en él» (Psychologies).«A menudo divertido, bien escrito y nada narcisista. Una perla rara» (Jérôme Béglé, Paris Match).