Reseña del libro "Elogio de los saberes dispersos"
El collage, el pastiche, la mezcla, el mestizaje de asuntos y técnicas son ya práctica habitual en todas las artes. Lo hemos visto en pintura, en la escultura, en el teatro, en el "happening" y en las nuevas formas artísticas que mezclan mecanismos audiovisuales con la distribución de objetos fijos. Sin embargo, apenas hay libros compuestos de esta manera. Me refiero a textos que mezclen, en azarosa disposición, materias diversas, asuntos diferentes. Una mezcolanza que sorprenda: después de unas gotas de sabiduría budista, un artículo sobre la belleza de las teorías científicas, a su vez seguido por un cuento jasídico, seguido de una digresión sobre los nombres y su influencia, luego una indagación sobre la pequeña arruga en torno a los ojos del hombre de Tollund, y así sin ilación lógica hasta el final. Qué alimento para discretos, qué manjar para donosos! Eso es lo que he intentado con este libro de título vago, impreciso...