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portada Rosas de Cristal: Poesías que no te deberías perder
Formato
Libro Físico
Idioma
Español
N° páginas
114
Encuadernación
Tapa Blanda
Dimensiones
22.9 x 15.2 x 0.6 cm
Peso
0.16 kg.
ISBN13
9788460662150
Categorías

Rosas de Cristal: Poesías que no te deberías perder

Luciano Ramon Padron (Autor) · Luciano Padron Gomez · Tapa Blanda

Rosas de Cristal: Poesías que no te deberías perder - Padron, Luciano Ramon

Libro Nuevo

$ 441.31

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  • Estado: Nuevo
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Origen: Estados Unidos (Costos de importación incluídos en el precio)
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Lo recibirás en cualquier lugar de México entre 1 y 3 días hábiles luego del envío.

Reseña del libro "Rosas de Cristal: Poesías que no te deberías perder"

Libro de poemas, fresco y de fácil lectura que abarca temas tan variados como la crítica social, la vida, el amor, la familia... A continuación una reflexión a modo de introducción y un poema. No soy nada, no existo, soy menos que una molécula volando por el espacio en busca del nunca jamás. Un grano de arena en el desierto es una gran montaña que nunca podré escalar, soy etéreo, me alimento solo de sueños, de ilusiones, de fantasías, no tengo corazón porque ha encallecido, porque se ha petrificado recorriendo el mundo, tragando el polvo, lanzando la simiente por distintos continentes, recogiendo sudor, lágrimas, fango. Planetas sin estrellas, sin luna, sin sol, sin esperanza, donde vomita el poderoso sobre el débil, donde las religiones no tienen respuesta. No obstante no me resigno, lo finito no mora en mí, seguiré caminando descalzo, sobre brasas ardientes. Las afiladas rocas del camino no rasgan mi piel porque mi mente hace que cabalgue sobre de ellas, porque voy en busca de la sonrisa perdida, del hambre con fauces de ogro, de la malaria con piel de serpiente que vive eternamente en espera de una vacuna, de una amenaza que nunca llega, porque sus muertos son menos que viruta, que cenizas de carbón. Solo forman parte de mi pensamiento, de la intricada pesadilla de mis sueños por los que moriré en vida y por los que me daré vuelta en mi tumba y resucitaré, pues aunque muera en la memoria flotaré en el aire como alma en pena hasta ver hechos realidad mis lamentos. EL NEGRO En el continente negro, En negra tribu habitaba, Con mis negros pensamientos, Dentro de mi negra cara. Siendo yo negro pequeño, Mi abuelo negro narraba, Viejas historias de piratas, Que a las costas arribaban. Negras banderas ondeaban, En la carabela anclada, Dentro la negra bahía, Que las rocas custodiaban. Pronto vieron descender, De una escala que colgaba, Negras botas, negras capas, Negros garfios y negra entraña. Los corsarios saqueaban Todo lo que se encontraban, Y se llevaban de esclavos, A aquellos que no mataban. Negras sus cuatro pistolas, Negro, negro, su sudor, Negras son sus intenciones, Negro cielo, negro horror. A partir de aquella fecha, Negra mi aldea quedó, Negro fuego, negro humo, Nueva enfermedad broto. De un filibustero negro, Me contaron que contaba, Que venía de una tierra, Donde lo negro no odiaban. Negra hambre, hambre negra, Por la montaña bajaba, Desbastando negros campos, Desgarrando nuestra fauna. Negro color de la muerte, Negro color del dolor, Negro de las noches negras, Negro de mi corazón. Harto de tanta negrura, Eché la casa a la espalda, Y bordeando caminos La negra patria dejaba. Cruce la frontera negra, Un negro país pisaba, Y una negra policía, Mi cuerpo negro encerraba. Por negra ley sentenciaba, Un blanco juez que allí estaba, Toga negra, barba negra, Con negro verbo él hablaba. Con un lamento muy negro, El buen negro se quejaba, De las negras injusticias, Que en el barracón pasaban. Negro el futuro del negro, Negra toda su esperanza, Negro el blanco que margina, El orgullo de una raza. Con una sotana negra, Risa negra, entrecortada, Un hombre quiere explicar, Lo que yo no me explicaba. Un dios negro, negro, negro, Cosas negras predicaba, Y una lagrima muy negra, Por el rostro resbalaba. De la negra cárcel negra, Me fugué o me desterraban, Después de sufrir torturas, Vejaciones y malaria. Trabajé por el sustento, Me sustentaba con nada, En negra calle vivía, Con negro hedor me acostaba. Negros nubarrones, negros, Negro retumba el tambor, Negro el "tamtam" de mi pueblo Negra el alma del patrón. Con la negra borrachera, Negra nostalgia arribó, Y hasta la droga más negra, Mi negra sangre probó. Entonces la vieja sombra, Negra limosna imploró, Y la sucia mano negra, Negras injurias cobró. En el pozo del olvido, El pobre cayó, Paciente espera la muerte, En su lecho de terror. Ante tan negra tardanza, Nuestro negro se mató, Qu

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El libro está escrito en Español.
La encuadernación de esta edición es Tapa Blanda.

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